http://micromacrame.blogspot.com.es/

sábado, 23 de enero de 2016

Los zapatos de tacón rojos.

El 28 de diciembre, María Acuña salió hacia el hospital para dar a luz después de seis meses en reposo por embarazo de riesgo.El médico la esperaba en el paritorio.
A las cinco de la tarde se oyó el primer llanto de Manuel un niño sano, robusto, moreno de pelo rizado;la alegría de sus padres.
María había intentado tener un hijo durante años, se sometió a pruebas de fertilidad, escuchaba a las ancianas con sus leyendas urbanas hacer el amor los dias de luna llena, mantenerse acostada y no lavarse inmediatamente, y así con estas pautas tendría un embarazo con éxito.
Manuel era un niño mimado desde que dio sus primeros pasos a todos se les caía la baba, fue al colegio desde muy temprana edad, su madre decía que era bueno relacionarse con otros niños, y no siempre atado a sus faldas, inculcándole que fuera por el buen camino.
Desde pequeño espiaba a su madre a través de la rendija de la puerta observaba como se maquillaba, peinaba, se subía las medias con suavidad, se ajustaba el vestido y al final se calzaba sus zapatos de tacón rojos.
Alguna vez y cuando nadie lo veía entraba a hurtadillas en la habitación y en la oscuridad buscaba en el armario los tacones y se los ponía y aunque su pequeño pie bailaba dentro del zapato, conseguía mantenerse en pie, se miraba en el espejo y se veía reflejado como si fuera ella.
Quería hacerse mayor elegir la ropa, dejarse el cabello largo y comprarse unos zapatos como los de ella.
En plena adolescencia, cuando los chavales empiezan a coquetear con las compañeras de clase, el no pensaba en seducirlas, sino que quería ser como ellas,;imitándolas consiguió que se burlaran de él, insultos y desprecios, hasta su nombre cambió ya no era Manuel, era el maricón.
No comprendía el rechazo de sus compañeros se preguntaba a menudo ¿dónde estaba el chico, amable, risueño querido por todos?Había desaparecido;ahora era un ser inseguro, inestable , su mundo se había hecho añicos,sentía añoranza por los años en que todos le querían, y compartían sus vidas, nunca había tenido problemas para relacionarse, era el mismo, pero se sentía distinto.Ahora tenía que dar un giro a su vida, saber quiénes lo aceptaban y seguían respetando con su diferencia, dejando atrás aquellos que con sus humillaciones le habían dañado.
A punto de cumplir la mayoría de edad decidió hablar con su madre y explicarle lo que le ocurría, temía decepcionarla ¿ y si lo rechazaba? Huiría donde nadie pudiera encontrarlo.

María viendo próxima la fecha de su cumpleaños le preguntó:
-Manuel se acerca el día de tu aniversario y me gustaría hacerte un regalo especial, ya no eres un niño y aunque te gustan las sorpresas quiero saber lo que te pueda hacer más ilusión para celebrarlo. 
Aprovechando la generosidad de su madre dijo:
-mamá  te quiero pedir algo que no cuesta dinero y me haría muy feliz, muchas veces me has preguntado por qué mi carácter ha cambiado y yo daba media vuelta sin querer contestarte, y entre dientes decías "sera´la edad"
Ahora creo que ha llegado el momento:siempre he querido ser como tú, recuerdo como te espiaba detrás de la puerta.No podía apartar la mirada de tí, tenía miedo de contártelo porque siempre he oído a papá lo orgulloso que se sentia de haber tenido un machote somo él. Soy Manuel el que la naturaleza ha dotado de un cuerpo que no corresponde con lo que siente, mis compañeros me han humillado, insultado por no ser como ellos.
Quiero que me regales, tolerancia, comprensión y tus zapatos de tacón rojos.
María abrazó a su hijo, sabía lo que sentía, pero no se atrevió a preguntarle por miedo a que le contestara que estaba invadiendo su intimidad, y ahora el confesó como invadía la suya, espiándola detrás de la puerta
Este fue un día importante para Manuel, había ejercido su libertad encontrando el apoyo incondicional de su madre y reconocimiento en una bandera arcoíris símbolo de su personalidad.
Superada la barrera del miedo con su madre, le dio fuerzas para salir del armario con sus compañeros, saber quien realmente lo quería o lo rechazaba.
Llamó a José a quien consideraba su mejor amigo y lo citó en el bar donde solían reunirse pero esta vez más temprano para estar más tranquilos sin ruidos ni nadie que pudiera interrumpir su conversación.
-Hola Jose
-¿que ha pasado para quedar tan temprano? me estás asustando Manuel.
-No pasa nada, solo quería hablar contigo mientras tomamos un café. Hace tiempo que nuestra relación no es la misma, y es porque te burlas cuando no os sigo en el coqueteo con las chicas, pero es que no me atraen como a vosotros, me gustan, pero porque me identifico con ellas, sus ropas, maquillajes, incluso sus andares, soy homosexual.
Jo´se in inmutarse solo acertó a decir. 
-Perdona Manuel, lo he sabido siempre nunca te he rechazado, solo que algunas veces me hacías gracia por tu forma de moverte y me dejé arrastrar por los demás, pero para mi sigues siendo mi mejor amigo y te doy las gracias por confiarme tu orientación sexual.
-¿te dejaste arrastrar sin tener en cuenta lo mal que lo estaba pasando?
-Solo puedo decir que lo siento, tendría que haberte apoyado, no he estado a la altura de tu amistad, se que hay muchos que te rechazan, esos no te interesan, la intolerancia forma parte de la condición humana, y tendrás que enfrentarte a ello.
-Estoy en ese camino, sabía que era diferente y me gusta, no os entendía¿por qué no hay respeto hacia los sentimientos de los demás?Te agradezco tu sinceridad ahora se que tengo dos pilares donde sostenerme, vivimos en una sociedad con prejuicios, ignorancia, tengo que aprender a hacer frente a todos para poder ser feliz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario